viernes, 7 de agosto de 2009

El Perfume del Amor de Zulema Usandivaras de Torino.

El Trato.



Comentario:



Me parece una gran historia en donde se demuestra el gran amor tan incondicional de una madre para con sus hijos, el como ellas prefieren morir o hacer cualquier cosa por el solo hecho de no ver nunca sufrir ni morir a las personas que traen al mundo y a las cuales tanto aman, quizás más que a su propia vida. Realmente me gusta como esta escritora nos hace ver a través de sus textos el gran valor de una mujer ante la vida. Es por eso que nunca deberíamos dejar de admirar a una mujer y mucho menos a una madre. Como muchos dicen: "Las mujeres son lo más hermoso que Dios pudo crear..."


Este texto relata la difícil situación de una madre al enfrentarse a una terrible enfermedad de su hijo, en la que no quiere ser testigo del sufrimiento del ser que tanto amaba...


[...¡Por piedad! -suplicó vencida- no me haga esto. ¡No permita que vea morir a mi hijo!...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El perdon empieza donde termina la culpa...

El otro dia observe a dos niños que discutian sobre cosas insignificantes, como generelmente lo hacemos. El dialogo era mas o menos el siguiente:
- Eres un estupido!
- No tan estupido como tu!
- Ah... ¿si? eso es lo que crees.
Despues de terminar la discusion, siguieron caminos separados. Cuando regrese a lugar no mas de diez minutos mas tarde, estaban jugando juntos otra vez y se habian olvidado de todo. Nada de reproches, ni egos heridos, ni culpas, ni rastros del pasado. Ya habia terminado todo, fue simplemente un intercambio breve y honesto de enojos, seguido de un tiempo para enfriarse, que inclusive fue mas corto, y ya habian olvidado todo.
Sin duda, los niños perdonan mucho mas que los adultos. En algun momento del proceso de crecimiento nos convertimos en expertos en guardar rencores, acunar egos fragiles y no perdonar. Desarrollamos recuerdos filosos como una navaja de errrores del pasado y lo vamos acumulando para luego utilizarlos como municiones. Nos convertimos en discutidores habilidosos con un sentido inconmovible de lo que esta bien. Nos proponemos ganar cada batalla y, si no lo hacemos, comenzamos de inmediato a preparar la venganza.
El perdon solo llega cuando podemos identificarnos con los demas y admitir nuestra propia imperfeccion y la misma capacidad para hacer el mal.

Leo Buscaglia.