viernes, 7 de agosto de 2009

Comentarios de "La Desmemoria" de Ana Gloria Moya.

La procesión.

Un texto en el cual se puede apreciar la pobreza y la humildad de tantas personas, que si nos ponemos a pensar hoy en día estamos rodeados por ellos, y no sabemos el esfuerzo que hacen para llevar unos cuantos pesos a su casa para poder comer, y más si es una madre...
Es una historia en la cual una mujer sale a vender sus manzanas un día en el que hay una procesión en honor a la virgencita, la pobre no pudo vender ninguna, pero al llegar a su casa a ver a sus pobres hijitos, sin saber como decirles que no pudo vender todo, los escucha sonriendo y logra verlos por la ventana con la virgen...
Muy conmovedora la historia en la cual la virgen se los lleva a todos para que dejen de sufrir.

[...Al acercarse a la pieza, antes de abrir la puerta, miró por la ventana. Vio que los cinco rodeaban a una señora hermosa de vestido blanco bordado y largo cabello castaño, que los abrazaba, los besaba y les decía que a partir de ahora nunca les pasaría nada malo jamás...]

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El perdon empieza donde termina la culpa...

El otro dia observe a dos niños que discutian sobre cosas insignificantes, como generelmente lo hacemos. El dialogo era mas o menos el siguiente:
- Eres un estupido!
- No tan estupido como tu!
- Ah... ¿si? eso es lo que crees.
Despues de terminar la discusion, siguieron caminos separados. Cuando regrese a lugar no mas de diez minutos mas tarde, estaban jugando juntos otra vez y se habian olvidado de todo. Nada de reproches, ni egos heridos, ni culpas, ni rastros del pasado. Ya habia terminado todo, fue simplemente un intercambio breve y honesto de enojos, seguido de un tiempo para enfriarse, que inclusive fue mas corto, y ya habian olvidado todo.
Sin duda, los niños perdonan mucho mas que los adultos. En algun momento del proceso de crecimiento nos convertimos en expertos en guardar rencores, acunar egos fragiles y no perdonar. Desarrollamos recuerdos filosos como una navaja de errrores del pasado y lo vamos acumulando para luego utilizarlos como municiones. Nos convertimos en discutidores habilidosos con un sentido inconmovible de lo que esta bien. Nos proponemos ganar cada batalla y, si no lo hacemos, comenzamos de inmediato a preparar la venganza.
El perdon solo llega cuando podemos identificarnos con los demas y admitir nuestra propia imperfeccion y la misma capacidad para hacer el mal.

Leo Buscaglia.