jueves, 18 de junio de 2009

La Desmemoria.

Me parece un texto interesante pero a la misma vez un poco complicado para entenderlo, a mí en particular, me costo poder entender lo que la autora quiso dar a conocer.
Desde mi punto de vista, creo que quiso traernos confusión que es algo muy interesante porque nos lleva a querer conocer en profundidad lo que trata de transmitir, nos lleva a querer volver a leer en reiteradas ocasiones para sacarnos esa duda desde nuestro interior. Me resultó entretenida, como la mujer trata de contar un secreto familiar que al final termina olvidando, al igual que sus antepasados, dejando nada más que unas simples palabras confusas
que no revelan el secreto.

[... Hoy ya es tarde, el mandato se cumplió. Pido perdón a los de mi sangre. Naufragarán, al igual que yo en las aguas de la desmemoria, y estarán condenados, como sus antepasados, a vivir llenos de incertidumbre...]

Mis muertos están en paz pues se ha cumplido su voluntad.




El Taller de Costura.

Una historia o más bien parte de una historia muy profunda, con un final sorprendente y a la misma vez misterioso. Me dejo una sensación de misterio más que nada pero es lógico en el contexto nos lleva a descubrir lo que realmente sucede con los protagonistas. Una historia realmente pasional, fuerte y muy linda.

[... Que Milagros Sequeira no atendiera los llamados de las clientas a las que tenía que medir y entregar ropa no era lo peor. Lo peor eran los gritos de placer que salían de atrás de las puertas cerradas con tranca, y que no cesaban en toda la noche, ante la envidia de tantas hastiadas del lugar, que no recordaban si alguna vez un hombre había merecido gritos como aquéllos...]

El perdon empieza donde termina la culpa...

El otro dia observe a dos niños que discutian sobre cosas insignificantes, como generelmente lo hacemos. El dialogo era mas o menos el siguiente:
- Eres un estupido!
- No tan estupido como tu!
- Ah... ¿si? eso es lo que crees.
Despues de terminar la discusion, siguieron caminos separados. Cuando regrese a lugar no mas de diez minutos mas tarde, estaban jugando juntos otra vez y se habian olvidado de todo. Nada de reproches, ni egos heridos, ni culpas, ni rastros del pasado. Ya habia terminado todo, fue simplemente un intercambio breve y honesto de enojos, seguido de un tiempo para enfriarse, que inclusive fue mas corto, y ya habian olvidado todo.
Sin duda, los niños perdonan mucho mas que los adultos. En algun momento del proceso de crecimiento nos convertimos en expertos en guardar rencores, acunar egos fragiles y no perdonar. Desarrollamos recuerdos filosos como una navaja de errrores del pasado y lo vamos acumulando para luego utilizarlos como municiones. Nos convertimos en discutidores habilidosos con un sentido inconmovible de lo que esta bien. Nos proponemos ganar cada batalla y, si no lo hacemos, comenzamos de inmediato a preparar la venganza.
El perdon solo llega cuando podemos identificarnos con los demas y admitir nuestra propia imperfeccion y la misma capacidad para hacer el mal.

Leo Buscaglia.